Entrevista al músico uruguayo Javier Vázquez, quien adelanta las canciones de su nuevo disco de estudio (“OBSOLESCiENCIA”) el próximo jueves 18 de agosto en la Sala Blanca Podestá.
–Tu segundo disco se materializa muy poco tiempo después de la edición del primero (“Fe”), y ese primer disco te había llevado años y años de trabajo. ¿Qué lectura te merece esto?
–Me trae mucha satisfacción y paz. Alguna vez pensé, mientras trabajaba en “FE” ¿qué iba a hacer después? Ya que el disco reúne canciones compuestas en un período largo de tiempo, cerca de diez años. Y ver que uno sigue componiendo haciendo canciones, teniendo cosas que decir y sobre las que pensar. Incluso musicalmente hay un paso adelante en mi nueva música. Eso me hace sentir en el camino correcto.
–A tu criterio, ¿dónde reside la principal diferencia entre este disco y el anterior? ¿Cuál es el principal nutriente de “OBSOLESCiENCIA”?
–Bueno, esta vez parto de un concepto. También toco otras temáticas, el amor siempre está ahí, pero el tema de la conciencia es el que predomina en el nuevo material. Mi primer disco es una recopilación de bocetos que fui armando a lo largo del tiempo y en los que confié para darles forma en un álbum. En ¨Obsolesciencia¨ parto de un concepto y responde a un momento más concreto de mi vida: el último año. Todavía me falta componer algo más, o terminar de ordenar otros bocetos de canciones, pero de todas maneras son dos años de vida y no más de diez como en mi primer trabajo.
–¿De qué manera sus composiciones siguen o finalizan las historias narradas en “Fe”? ¿Qué nuevas historias surgen?
–La verdad que todavía no percibo el nexo entre uno y otro. Son lineales, es como ir mirando por la ventana de un tren que viaja rápido, ves árboles hacia fuera pero no hay relacion directa entre ellos, es la misma ventana y el mismo tren pero los árboles no tienen relacion estrecha.
Claro que es el mismo tipo que hizo ambas canciones pero no hay una continuidad conceptual ni nada. Solo un devenir compositivo.
Lo que sí no ha cambiado es mi forma de laburar, con la guitarra y a compu básicamente, ahora he metido algunas teclas yo, pero la forma de laburar y componer es la misma. Pero uno ve las cosas de otro punto de vista luego de dejar atrás el primer disco.
–Desde que editaras tu primer álbum, te he visto tocar en una variedad de formatos, y acompañado por músicos distintos. ¿Qué importancia concreta tiene para vos la banda con la que te vas a presentar el próximo 18 de agosto en la Sala Blanca Podestá?
–Ojalá pudiera tener una banda más estable, pero la realidad es que los músicos estamos en varios proyectos a la vez todo el tiempo y eso hace difícil aferrarse a un proyecto. He tenido la suerte de tocar con músicos maravillosos que admiro y todos han puesto lo mejor en pro de las canciones. Eso me genera mucha gratitud hacia todos ellos.
Ésta vez, me acompañan Juan Ibarra en batería, con quien ya hemos tocado juntos en algunos boliches, interpretando blues. Antonino Restuccia en bajo y contrabajo, con quien también nos cruzamos en alguna jam. Los escucho tocando jazz en discos o en vivo y me parecen tremendos. Sueño con darle esa textura y musicalidad del jazz que tanto admiro a mis canciones con estribillos (casi todas…) y eso me entusiasma mucho. Me siento muy privilegiado de poder invitarlos, que accedan y armar las canciones con ellos.
También estará Pablo Marichal en los teclados que lo conocí tocando jazz en un trío llamado ¨Los Sicarios¨ y me encantó. Bastante tiempo después lo invité a tocar conmigo y se prendió.
–¿Qué características generales tendrá esta presentación?
–Primero, los músicos que se tocan todo. Segundo la posibilidad de contar con la intimidad y calidad de la sala que en cuanto a sonido, luces y demás está muy bien. Poder tocar en un teatro te acerca mucho a la gente y te permite otro contacto, mucho más rico y directo que en boliches con copas, mesas y gente cenando y charlando. También lo disfruto, pero el ambiente de una sala dispuesta para la ejecución en vivo y el espectador cómodamente sentado, dispuesto a escuchar, disfrutando, es algo que me encanta.
Otra cosa buena e interesante para mí es la presentación de música nueva con banda. En el disco anterior fue al revés, primero estuvo el disco terminado y después surgieron instancias de tocarlo a trío y en cuarteto (también en solitario). Acá comenzamos por interpretar los temas antes de meternos al estudio.
También estará como invitado un músico que admiro mucho, y es Samu Brown en saxo.
–¿Cuándo vas a comenzar a grabar “OBSOLESCiENCIA”? ¿Ya escogiste estudio y productor?
–Por cómo vienen mis tiempos, como padre de dos hermosas hijas, las clases de guitarra, el hogar, y los tiempos para componer y arreglar los temas, creo que será recién sobre fin de año y espero poder grabar con la banda todos juntos, más crudo y directo en la interpretación que “FE” que fue grabado con músicos de sesión.
No he escogido productor, tal vez me la juegue por confiar en la banda tocando y que sea esa interacción la que dirija el viaje.
–¿Qué invitados te gustaría tener en el disco? ¿Y con que músicos extranjeros te gustaría tocar en vivo llegada la hora de presentarlo?
–La verdad que vengo sintiendo la necesidad de algunos coros femeninos, voces que apoyen arriba y dulcemente a mi voz, eso me gustaría. Laura Chinelli por ejemplo. Admiro mucho a Fernando Cabrera, tal vez algún día se prenda y se cante una conmigo.
Ojalá Samu también se sume con el saxo y algunos tambores podrían apoyar algunos ritmos candomberos que aparecen en algunos temas.
Siempre es bueno compartir con otros músicos y si son extranjeros pueden brindarte cosas que solo existen fuera. Tengo millones de influencias y muchas de ellas son del jazz estadounidense. Ahora, también siento afinidad con algunos cantautores de la región como Paulinho Moska, Lisando Aristimuño o Gonzalo Aloras, por nombrar algunos. Ojalá algún día surjan algunos de estos intercambios.